26 marzo 2012
Alejandro Toral
En
México, como en varios países del mundo, la Política Exterior y las visitas de
Jefes de Estado son usadas como arma propagandística a favor del gobierno en
turno. Los gobiernos del PRI utilizaron a Fidel Castro como un respaldo a la
"herencia revolucionaria" tras los asesinatos de estudiantes en 1968
y 1971; al igual las visitas de Juan Pablo II en México con López Portillo,
Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Vicente Fox; estos tres últimos lo
recibieron con relaciones diplomáticas ya reanudadas con el Vaticano en 1992.
De
la misma manera que sus antecesores, Felipe Calderón pidió una visita del Papa
Benedicto XVI la cual, tras varios meses de retraso, se llevó a cabo del 23 al
26 de marzo de 2012; coincidiendo con la víspera del arranque de las campañas
presidenciales, cuatro días después que Benedicto XVI abandonara territorio
nacional desde el principal bastión electoral del PAN en México: Guanajuato.
Este viaje se tomó en cuenta como un acto publicitario del gobierno federal
hacia la gente, por medio de la fe católica.
No
obstante, el Presidente no fue el único que ocupó la visita de Benedicto como
propaganda electoral; sino también los candidatos presidenciales con su
asistencia a la misa papal. Asistió el aliado de la iglesia y del opus dei:
Peña Nieto; el representante de la República Amorosa y Cristiana además de la
virgen MORENA: López Obrador; la aspirante oficialista a la que iba dirigida la
propaganda: Josefina Vázquez Mota; y finalmente Gabriel Quadri, Panal, que fue
el único denunciando un Estado laico.
El
marco electoral de la visita de Benedicto le resultó a Felipe Calderón,
favoreciendo con mayor fuerza a la aspirante del PAN: Josefina Vázquez Mota,
debido al gran apoyo que recibió por las mujeres en León que corearon su nombre
en las calles y durante la misa papal; al igual por ser la única presidencial
invitada, por el alcalde de la ciudad, a la entrega de llaves de León a
Benedicto.
La
propaganda electoral de Benedicto no fue el único propósito de su visita,
también se encuentra en el marco de la aprobación a la reforma del artículo 24
y 40 constitucional, en referencia al Derecho de la Libertad Religiosa y al
establecer a México como una República laica. (Fuente)
Modificación que los grupos de izquierda más radicales cuestionan como una
eliminación del Estado Laico.
En
reciprocidad, la Iglesia Católica pretendió "devolver la fe" en el
segundo país con mayor católicos en el mundo, a pesar de una reducción de
"feligreses" de palabra e indudablemente en acción. Al igual, su
imagen deteriorada después de las denuncias de abuso sexual y pederastia por
parte de los sacerdotes católicos; tema el cual decepcionó a muchos quienes
buscaban una respuesta del Papa hacia las víctimas de este delito.
La
propaganda de la visita sirvió a tres partes: el Presidente Calderón, los
presidenciables y a la Iglesia Católica. No pudo quedar en mejor tiempo la
visita del Papa Benedicto para levantar al gobierno mexicano agobiado con la
guerra contra el narco, también para justificar una posible reforma al artículo
24 o para que AMLO continúe su publicidad de moderación política con la derecha
política, hasta saludando al ex Presidente Fox. Esta es una de las pruebas que
al pueblo mexicano, como otros latinoamericanos, se les conquista por medio de
la religión y que esta, aún tiene un poder muy fuerte en la región.
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