14 mayo 2012
Alejandro Toral
“El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”
En los últimos 27 años, México
ha tenido la transición de una Dictadura Perfecta a una Democracia Imperfecta,
el cambio se empezó a gestar desde las acciones de la sociedad civil durante el
terremoto de 1985, pasando por la creación del Instituto Federal Electoral, las reformas de Ernesto Zedillo y el “Gobierno
del Cambio”, momento cuando se celebró que el autoritarismo había quedado
atrás. No obstante, en 2012, parece que a varios sectores de la población se
les olvidó los atropellos que se tuvieron durante 70 años de gobierno priísta. (Fuente)
Uno de los casos principales,
son los medios de comunicación, quienes sufrían de cooptación en los contenidos
noticiosos; informando la verdad que el gobierno quería que se viera. Hoy, ya
no existe ese “teléfono rojo” pero sí existe el poder del dinero que se acusa
es pagado por el PRI, para evitar que se mencionen cosas malas sobre él. Ejemplo:
cuando varios medios presumieron que el ex gobernador había supuestamente
triunfado en el debate, como cuando quienes lo vimos, sabemos que tanto AMLO como
JVM desmintieron la cara de lo que es el “Nuevo PRI”, ante un EPN que no pudo
defenderse, a pesar de que Gabriel Quadri le ayudó. (Fuente)
Por otra parte, está el IFE,
quien aprobó multas al PAN, PRD, PT y MC debido a irregularidades en sus gastos
de campaña, no ha volteado a ver ni por un momento el derroche publicitario que
está haciendo el PRI. Tanto AMLO como JVM han denunciado que EPN ya rebasó
topes de campaña por los miles de espectaculares; además por la renta de
aeronaves y caros actos proselitistas.
Finalmente, en los últimos
años las encuestas se han utilizado como proselitismo político, con el fin de
llamar a la ciudadanía para votar por el candidato puntero, manejando un
escenario en el cuál es casi imposible derrotarlo. “Las encuestas están
cuchareadas” se dice y principalmente se acusa al PRI de comprarlas para
manejar una imagen ganadora, en cambio, las encuestas independientes, dan como
ganadores a AMLO en su mayoría, y en otras tantas, a JVM; dejando a EPN en un
lejano tercer lugar.
Todas estas acciones sin
mencionar la compra de apoyos en internet que se reveló en un video, la censura
a la libertad de expresión de los alumnos en la universidad iberoamericana y
las cuentas que salieron a la luz, que pagó el PRI para que López Dóriga, en
Televisa, lo promocionara.
