lunes, 2 de mayo de 2011

México: Farol de la calle, Oscuridad en la casa.

2 mayo 2011
Desde el 2007, México se ha visto envuelto en una lucha contra el narcotráfico sin precedente, sacando al ejército a las calles y aplicando “mano dura” contra los delincuentes. Esta acción se diseñó en el marco de una ayuda proveniente de Washington: Iniciativa Mérida, la cual fue concebida como una copia del Plan Colombia, solo que sin tocar el punto de intervencionismo directo de EUA. A partir de ese año, México ha volteado a ver a su vecino del norte como la única salvación ante el mencionado flagelo, a tal grado de centrar las relaciones bilaterales, y la Política Exterior en general, en el tema del crimen organizado, especialmente con el tráfico de armas y estupefacientes.

Ante tal contexto, la Canciller de México, Patricia Espinosa, y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, se dieron cita en la III Reunión del Grupo de Alto Nivel de la Iniciativa Mérida, en la ciudad de Washington (29/04/2011), donde se tenía como objetivo fortalecer las acciones bilaterales contra el narcotráfico, tráfico de armas, lavado de dinero y la reducción de demanda de drogas; mediante cuatro puntos de acción, plasmados en la Declaración Conjunta:

1.       Desmantelamiento de los cárteles de las drogas en ambos países.
2.       Fortalecer las instituciones que combaten al crimen organizado en ambos países. 
3.       Desarrollar la frontera del Siglo XXI: donde solo pasen mercancías y personas de manera lícita; así como bloquear el paso ilegal de bienes e individuos.
4.       Promoción de la Cultura de la Legalidad en jóvenes para construir comunidades fuertes.

Además de los objetivos, la típica mención de logros y adulaciones no se hicieron esperar por ambos lados: la canciller mexicana reiteró que el Presidente Felipe Calderón está dispuesto a seguir cooperando en los temas de seguridad que se planteen; al igual, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, destacó y agradeció a México el trabajo conjunto en la materia, además lo reconoció como un líder en el tema. Respecto a los logros mencionados, se comentó:

1.       La capacitación a 8,500 policías federales, 2,600 fiscales y 1,800 empleados penitenciarios. Todos ellos mexicanos.
2.       La transferencia de 11 helicópteros a México.
3.       La cooperación en la captura de 29 líderes del narcotráfico.

Al final de la reunión, se comprometieron ambas partes para optimizar el uso correcto de la información de inteligencia y priorizar el combate a las finanzas ilícitas. Estados Unidos, en su papel de benefactor, se declaró dispuesto a agilizar los $500.0mdd por la Iniciativa Mérida para 2011; además de actualizar el eTrace, datos de vendedores de armas de fuego en EUA, y traducirlo al español.

La Política Exterior mexicana está empantanada en satisfacer la lucha contra el narcotráfico que se realiza en el país, tanto que en cualquier viaje al extranjero no se pierde la oportunidad para mencionarla; y en respuesta, como si fuera parte del protocolo, recibir halagos y adulaciones; como la recibida por Felipe Calderón por el Presidente del Perú, Alan García, durante su visita oficial a Lima, quien mencionó que los esfuerzos del gobierno mexicano son incomprendidos por sus opositores, sin embargo añadió que lamentablemente es la única manera de vencer al crimen.

En Perú, el Presidente Calderón no solo recibió apoyo del Presidente García, sino también de la Suprema Corte de Justicia del Perú, donde fue aplaudido al mencionar que el Crimen Organizado vulnerará la democracia que tanto ha costado a los latinoamericanos, además de hacer un llamado para fortalecer las instituciones, minar la corrupción y erradicar la impunidad; al igual aseguró que los juristas mexicanos están haciendo la “lucha heroica” de enfrentar el narcotráfico y sus secuelas violentas; por lo que es necesario un frente común internacional contra el flagelo. Finalmente, concluyó que aspira un México basado en la legalidad con servidores públicos sirviendo correctamente. Otros que apoyaron al mandatario mexicano en su lucha contra el narco fueron los candidatos presidenciales Ollanta Humala y Keiko Fujimori, además de la alcaldesa de Lima, Susana Villagrán.

Los cárteles mexicanos del narcotráfico tienen una relevante participación en la región, referente al tráfico ilícito de armas, drogas y personas; por tal motivo será complicado erradicarlos completamente de su actividad en México, especialmente porque es uno de los pasos más importantes hacia Estados Unidos, su mercado más redituable. Ante este contexto, es indispensable que todos los países de la región establezcan políticas duras contra el crimen, al igual que fomentar la legalidad y el desarrollo en las regiones con menores ingresos y oportunidades de América Latina.

La cooperación de México con Centroamérica y Sudamérica abarca varios aspectos en el combate contra el crimen, dando resultados positivos, sin embargo el trabajo conjunto que presumió Hillary Clinton no es tangible, debido a que la compra-venta de armamento en los Estados Unidos sigue sin ser obstaculizada, provocando la tan conocida operación Fast and Furious, la cual no fue ni citada por alguno de los asistentes a la Reunión de Washington, por temor a reavivar la tensión que se vivió cuando el aún Embajador de EUA en México, Carlos Pascual, “renunció” a su cargo. Por otra parte, existe un gran desentendimiento de Washington hacia la real problemática de su vecino del sur: el subdesarrollo y la falta de oportunidades, que orillan a la gente para dedicarse a actividades ilícitas; al igual la sustitución del Estado en la otorgación de servicios básicos por los mismos líderes narcotraficantes.

México continuará manteniendo su Política Exterior de “mano dura” con el fin de erradicar al crimen organizado, mediante la presunción de logros que aun no se ven tangibles en el país: la corrupción e impunidad continúan en las oficinas de gobierno, las instituciones se encuentran debilitadas y sobrepasadas por las bandas delictivas y las escenas sangrientas continúan en el país, llegando a niveles insoportables en algunas regiones. En conclusión, México no podrá ser líder internacional en el tema hasta que haya materializado su discurso en el ámbito nacional.