4 octubre 2011
AETC
No hay
día en México que no se vea una noticia sobre la violencia que se vive en el
país, tanto que se está tornando tan común que la gente la llega a ver normal;
no obstante cuando aparecen nuevos fenómenos o denominaciones, es cuando causa
revuelo entre la población. Después del incendio en Monterrey del Casino
Royale, la tragedia más escalofriante fueron los 35 cuerpos hallados en Veracruz,
de los cuales se hicieron responsables, ya no cárteles del narcotráfico, sino
supuestos grupos paramilitares.
Paramilitarismo
son grupos militares que no pertenecen a las Fuerzas Armadas, es decir, tienen
sus mismas atribuciones y estructura pero se encuentran al margen de la ley.
Principalmente, estos grupos aparecen cuando la población no se siente protegida
por las instituciones de seguridad gubernamentales, lo que provoca que ellos
mismos tomen las armas para defenderse de los criminales. Un ejemplo son las
denominadas Autodefensas Unidas de Colombia, las cuales fueron patrocinadas por
los empresarios para defenderse de la guerrilla. No obstante, estas en vez de
proveer seguridad, dan pie a que la violencia aumente.
El primer
ejemplo mexicano se dio a conocer la semana pasada mediante un video publicado
en la página de youtube, donde se denominaban los “Matazetas”. Este grupo,
supuestamente paramilitar, se promulgó a favor de la defensa del pueblo, siendo
su brazo armado en contra del cártel del narcotráfico, descartando enfrentar a
las instituciones gubernamentales. Este comando armado llamó a la población a
denunciar actos de violencia y además se adjudicaron los 35 cuerpos hallados muertos
en Veracruz.
Ante este
escenario, Alejandra Sota, vocera del gobierno federal en seguridad, rechazó
completamente la presencia de grupos paramilitares en el país y minimizó el
problema comentando que seguían siendo criminales que deberían de ser
castigados. Al igual comentó que solamente se tienen presencia de
organizaciones delictivas que se están disputando el territorio nacional y que
actúan al margen de la ley.
No
obstante, Hal Brands del Instituto de Estudios Estratégicos de Colegio de
Guerra del Ejército de EUA, no piensa de la misma manera que la vocera federal.
Ha mencionado que existen grupos paramilitares que son la “3° generación del
crimen” en el país, además que son utilizados, algunos de ellos, por los
cárteles del narcotráfico para debilitar las instituciones gubernamentales y
como aparatos de intimidación en la frontera norte mexicana. Brands al igual comentó
que el “gangsterismo está convirtiéndose en una lucha de guerrilla” en México.
El Estado
tiene la obligación de proveer a la población sus necesidades básicas, el problema
viene cuando el gobierno no es eficiente en asegurar tales prioridades a los
ciudadanos y estos buscan otras formas de obtenerlas, en especial en el tema de
la seguridad, cuando la gente no se siente protegida, por el uso legítimo de la
fuerza de los policías o instituciones de justicia, busca grupos subversivos
los cuales los protejan. El paramilitarismo encaja perfectamente en este cuadro
en donde una parte de la sociedad se arma para defenderse de los criminales que
cada día superan más al Estado en poder armamentista y de territorios.
Ante tal
presencia de grupos subversivos que sustituyen al Estado en proveer las
necesidades básicas de la gente, considero que el gobierno debe de actuar de la
manera que Michael Mann lo haría en su teoría de la dominación, es decir, no
solamente de manera coercitiva, sino también incrementando su presencia
institucional en los diversos territorios alejados de cualquier centro urbano,
mediante la construcción de infraestructura y la generación de empleo en esas
comunidades. Al igual, para esto debe de implementarse un fortalecimiento
institucional, el cual brinde a la población la confianza de que el gobierno
actuará en su defensa.
El
fortalecimiento y la credibilidad de las instituciones democráticas mexicanas
deberían de haber sido el primer paso del Presidente Felipe Calderón antes de
iniciar su encrucijada militar en contra del Crimen Organizado; además de la
implementación de las políticas sociales para no ensanchar las filas de los
delincuentes. Con el fenómeno del paramilitarismo en puerta, se convierte en
mayor urgencia incrementar la calidad de la educación, salarios y empleos en
México, para poder gozar la seguridad deseada en un mediano o largo plazo.