12 diciembre 2011
AETC
La
gran mayoría de los países latinoamericanos, durante la segunda mitad del siglo
XX, se vieron amenazados por la presencia de guerrillas financiadas desde la URSS
y Cuba, para ir minando la influencia de Estados Unidos en el continente. Al
término de la guerra fría, estos movimientos subversivos empezaron a sufrir por
falta de recursos económicos, por lo que algunos optaron por la rendición y
otros por aliarse al crimen organizado, permitiéndoles el cultivo y producción
de narcóticos a cambio de armamento, vestimenta y demás recursos. Uno de estos
ejemplos, son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)
Las
FARC, a 62 años de haber aparecido en el escenario colombiano ante una demanda
legítima de lomayor atención al desarrollo de la población de bajos recursos,
se ha convertido de una guerrilla a un grupo terrorista aliado con el narcotráfico,
el cual tiene actividades relacionadas con el crimen organizado, como el
secuestro de civiles o políticos, además de asesinatos de sus víctimas a sangre
fría, o asaltos en carreteras junto con posicionamiento de paquetes explosivos
en lugares estratégicos. El Estado colombiano las ha intentado erosionar con
mayor ímpetu desde el “Plan Colombia” con Andrés Pastrana, y posteriormente con
la “Seguridad Democrática” de Álvaro Uribe.
El
actual Presidente Juan Manuel Santos, ex Ministro de Defensa de Uribe, continuó
el plan de desaparecer a las FARC. Después de la muerte de Raúl Reyes en el
ataque a Ecuador (2008) y la muerte natural del líder fundador Manuel Marulanda,
el gobierno de Santos continuó con el asesinato del Mono Jojoy y el 5 de
noviembre pasado con el del líder de las FARC, Alfonso Cano, durante la
operación Odiseo; lo que provocó un nuevo liderazgo: Timochenko, quien propuso
revitalizar al grupo guerrillero.
Una
de sus primeras acciones, fue la respuesta violenta de las FARC a la muerte de
Cano, la cual esperó menos de un mes, cuando asesinaron a policías y militares
a sangre fría quienes se encontraban secuestrados por cerca de 14 años “amarrados
a los árboles y encerrados en jaulas con alambres de púas”, como relata un
testigo. El único sobreviviente a la masacre fue Luis Alberto Erazo quien tenía
heridas en el cuerpo y cara con granadas lanzadas por las FARC. Ante estos
acontecimientos, la ex senadora Piedad Córdova, único apoyo de los guerrilleros
en la clase política, negó que las FARC hayan hecho tal atrocidad, diciendo que
fueron los mismos efectivos quienes se asesinaron.
La
controversial declaración de la ex senadora liberal provocaron “coraje, furia y
lástima” al Presidente Santos, según así lo expresó; agregando que es un crimen
de lesa humanidad, el cual merece la condena de todos los colombianos y
comunidad internacional. Al igual, la sociedad reaccionó saliendo a las calles
en una marcha el 6 de diciembre con la consigna: “¡Libérenos ya!”, seguido de “Por
Piedad, libérenos ya” y “No nos crean tan pendejos”. La convocatoria fue
atendida en los 32 departamentos colombianos y por toda la clase política,
desde el Presidente derechista Santos hasta la izquierdista Alcaldesa de
Bogotá, Clara López; pasando por ex secuestrados.
“El
país entero rechaza a las FARC, rechaza sus métodos terroristas y la
persistencia a la violencia” esta declaración de Juan Manuel Santos es apoyada
por todo el espectro político. El ex guerrillero del extinto M19, Gustavo
Petro, al igual comenta que las FARC deben de pagar con cárcel por los
asesinatos y secuestros. En el mismo tono, el Premio Nobel de Literatura,
Gabriel García Márquez, ha intervenido como supuesto mediador entre el gobierno
y las FARC por petición de Estados Unidos. Además, la ciudadanía, recordando el
caso de Ingrid Betancourt en 2008, se mostró indignada con el grupo guerrillero
por sus prácticas criminales y terroristas contra los militares.
Sin
duda el gobierno de Juan Manuel Santos continuará la lucha contra las FARC en
el marco de su “Prosperidad democrática”, ahora persiguiendo a Timochenko, no
obstante se enfrentará con que el líder habita en Venezuela. A pesar que Santos
se encuentra confiado de que Hugo Chávez es su aliado en su cruzada contra la
guerrilla, mi opinión es que no debería de estar seguro, ya que el mandatario
venezolano tiene un proyecto hacia toda Latinoamérica, uno de ellos es
reproducir el método subversivo por medio de las FARC en la región: como el
Ejército del Pueblo Paraguayo y resucitar el extinto grupo peruano Sendero
Luminoso. (Fuente)
Juan
Manuel Santos es un excelente estratega, sabía que no podía ir en contra de las
FARC sin tener alianza de sus vecinos, especialmente Venezuela. Para poder
seguir teniendo el mismo éxito debe saber conservar esa amistad con Hugo
Chávez, o esperar a las elecciones de 2012 en ese país esperando que gane la
oposición. Mientras tanto, en Colombia el Presidente Santos también debe
encargarse de otros problemas que aquejan la seguridad del país, Paramilitares
(Autodefensas Unidas de Colombia) quienes ganaron mayor poder durante el
régimen de Álvaro Uribe; y el Narcotráfico, el cual financia las actividades de
los grupos subversivos y convierte en Colombia en el primer productor de coca
en el mundo. (World Drug Report, ONU) El desarrollo de la población, el control
de los puntos fronterizos que son porosos, además de una acción conjunta entre
sus vecinos contra los males mencionados; seguramente traerán a Colombia la paz
que ha deseado por más de medio siglo.