martes, 10 de mayo de 2011

Carta Náutica Ecuador: Autogol de Alan García en La Haya

10 mayo 2011
AETC
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Los conflictos limítrofes en América Latina han sido causa de frecuentes peleas entre dos o más países, a excepción de Brasil, país el cual dirimió todos sus diferendos a principios del siglo XX. Desde México hasta Argentina han existido temporadas en que los conflictos por territorio han llegado desde reclamaciones diplomáticas hasta guerras que han generado rencores, ahora casi irreconciliables, entre los países en cuestión.

Recientemente se recuerda el conflicto de Costa Rica con Nicaragua o el revivido conflicto Bolivia – Paraguay. Sin embargo, en este artículo se tratará de uno que lleva más de 140 años en la agenda de los países en cuestión: Diferendo marítimo Chile-Perú, que parece volver a ser problema ahora que la carta náutica del Ecuador fue ratificada por el Presidente peruano Alan García.

En el Siglo XIX, Chile tuvo una guerra con Lima y La Paz, en el cual el primero ganó la salida al mar de Bolivia y una provincia peruana, desde ese momento empezaron los reclamos de ambos perdedores por los territorios cedidos. En el caso Chile-Perú, los límites marítimos fueron establecidos por tratados en 1952 y 1954, los cuales sirvieron como base para que Ecuador creara su frontera en el mar con Perú; no obstante, estos acuerdos son tomados por Lima como simples arreglos para regular la pesca entre ambos países y no como limítrofes per se.

En 2008, Perú demando a Chile ante la Corte Internacional de Justicia reclamando 90,000km2 de mar territorial, provocando grandes fricciones entre el Presidente García y la entonces mandataria Michelle Bachelet. En marzo de 2011, Ecuador fue citado ante La Haya a declarar ante tal caso, pero se abstuvo diciendo que no se quería entrometer entre pleitos de terceros países, de la misma manera envió una Carta Náutica a Naciones Unidas para evitar cualquier confrontación.

El 5 de mayo de 2011, Alan García reconoció la Carta Náutica ecuatoriana asegurando que con esto Perú no solo gana 4,000km2 de territorio marítimo, sino que da aun más credibilidad a Lima ante el diferendo en La Haya, porque con esto se deja de reconocer que los tratados de 1952 y 1954 son los que regulan los límites marítimos de Perú con Ecuador y Chile. Ante este contexto, mencionó que espera la casi “resignación” de Santiago ante un fallo negativo, para ellos, de la Corte Internacional de Justicia, debido a que Chile es un país democrático, moderno y civilizado.

Parece que ante tal contexto, el Presidente Alan García desconoce que la Carta Náutica realizada por Ecuador está completamente basada en la que realizó Quito después de los tratados de 1952 y 1954 entre Perú y Chile, lo que da mayor peso jurídico favorable a la posición chilena ante La Haya y no a la peruana. El canciller chileno, Alfredo Moreno, salió a comentar al respecto, diciendo que la firma de la Carta Náutica ratifica los acuerdos de hace 60 años que NO fueron pesqueros, sino para delimitar los territorios marítimos de ambos países.

Mientras que los jueces de la Corte Internacional de Justicia se deciden por quién tiene la razón, si Chile o Perú, el Presidente Alan García viajará a Ecuador el 20 de mayo para presumir su supuesto gran logro en el tema: la Carta Náutica ecuatoriana ratificada. Además visitará al Presidente Rafael Correa, con el que menciona se tienen relaciones bilaterales a niveles inéditos y extraordinarios después de la cruenta guerra del Cenepa en 1995.

Seguramente, Alan García, quien entregará el poder el próximo 28 de julio, no será el Jefe de Estado quien enfrentará la decisión de La Haya ante tal diferendo marítimo, sino uno de sus sucesores, ya sea Ollanta Humala o Keiko Fujimori, de los cuales solo el primero se ha caracterizado por su discurso anti chileno, siendo completamente correspondido por el mandatario de Chile, Sebastián Piñera, quien dijo que si ganaba Humala, las relaciones bilaterales se deteriorarían. Por lo tanto, un escenario con Humala al poder daría la posibilidad de que el conflicto limítrofe se extendiera y se agravara por mayor tiempo, independientemente de que la Corte Internacional de Justicia diera la razón a Lima o Santiago. Por lo mientras, Ecuador se deslindó de cualquier vínculo que pudiera tener con el problema de Chile y Perú.