28 de Septiembre de 2011
AETC
Desde
el final de la segunda guerra mundial, tal vez no exista conflicto más extenso
en tiempo y con un mayor grado de complejidad que el de Medio Oriente,
específicamente el que sucede entre Israel y Palestina. Al final de la guerra,
el plan era crear dos Estados en el territorio de Palestina: uno judío y otro
árabe; el primero, Israel, fue fundado en 1948 con la ayuda de Estados Unidos,
donde se instalaron los judíos que huyeron de Europa.
No
obstante, el Estado árabe no obtuvo su creación por la guerra árabe-israelí debido
a la oposición árabe contra Israel, donde 6mil judíos fueron muertos, en
comparación de 15mil árabes asesinados, aunado a una extensión territorial
sionista. A este conflicto le siguieron la guerra de los Seis Días, la de Suez,
la del Yom Kipur, y las dos intifadas junto con los ataques a la Franja de Gaza
en 2009. Todos los conflictos caracterizados por un despliegue de Washington a
favor de Israel y un cada vez menor apoyo árabe a los territorios de Palestina.
La
Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha estado inmiscuida en resolver el
conflicto, mediante la realización de negociaciones: Acuerdos de Oslo y la
reunión del Cuarteto de Madrid, del cual forma parte junto con Rusia, Estados
Unidos y la Unión Europea. Además auxilia a los refugiados por medio del United Nations Relief and Works Agency for
Palestinian Refugees in the Near East (UNRWA), otorgando servicios básicos
a los afectados por los ataques e invasiones ilegales de Israel. Otro logro
destacable fue la creación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ubicada principalmente
al oriente de Israel: Cisjordania.
Cada
septiembre, la Asamblea General de la ONU inicia su periodo de sesiones,
situación que la ANP aprovecha para pedir el reconocimiento del Estado
Palestino y su adhesión como miembro pleno. Esta vez no fue la excepción, la
diferencia fue una extensa campaña de promoción a nivel mundial pidiendo que se
“Libere Palestina”, acompañado de una serie de aceptación por parte de otros
países del mundo
al posible nuevo Estado. No obstante, la adhesión como miembro de Naciones Unidas es más difícil de lo que se piensa.
Según
el artículo 60
del Reglamento del Consejo de Seguridad de la ONU, un Estado solicitante debe
de ser aprobado por los miembros del órgano en cuestión. Los miembros
permanentes: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China tienen el
poder de veto donde pueden desechar una resolución. A pesar que los cinco se han
manifestado por la creación de un Estado Palestino, Washington es el que pone
mayores trabas como la garantía de la seguridad de Israel, que según Barack
Obama, está “en medio de enemigos que lo quieren destruir” (21 Septiembre).
Israel
es el bastión de Estados Unidos en Medio Oriente, desde donde puede controlar
con mayor facilidad la región. El Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, lo sabe
y es por eso que ha tenido una política permisiva de construcción de viviendas ilegales
hacia Palestina, desalojando a los habitantes de las zonas donde les corresponde
por derecho. El más reciente veto de Washington a la adhesión de Palestina como
Estado miembro en la ONU, Tel Aviv lo celebró:
·
Con la construcción
ilegal de 1,100 nuevas casas, algo que irritó a Hillary Clinton, Secretaria de
Estado, pero sin dar ningún aviso de consecuencias futuras al respecto, y
·
Con una
recomendación del Knesset (Congreso) donde piden a Benjamin Netanyahu que
gradualmente anexe los territorios palestinos a Israel mediante la prohibición
de que los árabes construyan viviendas en sus territorios, además de la
revocación de credenciales preferenciales a la ANP.
Aunque
los países vecinos piden el reconocimiento del Estado Palestino, Turquía es el
que actualmente le está generando mayor apoyo, rompiendo relaciones comerciales
y militares con Tel Aviv por un conflicto que tuvo su raíz en el ataque judío a
la flotilla humanitaria Mavi Marmara,
donde murieron nueve personas a manos de la fuerza naval israelí. La crisis ha
llegado hasta el punto que el Primer Ministro turco condicionó la reanudación
de relaciones con Israel al momento que detenga la construcción ilegal de viviendas;
de no ser así, habría presencia militar turca en el Mediterráneo, además de una
denuncia en La Haya sobre la ilegalidad del bloqueo que los judíos tienen sobre
la Franja de Gaza.