domingo, 26 de febrero de 2012

Legalización de las drogas. Falsa solución, pero necesaria


27 febrero 2012
AETC

"La ley es poderosa, pero más poderosa es la miseria."
Goethe


El combate al crimen organizado ha sido una de las premisas de los países latinoamericanos desde los años 80, pero con mayor fuerza a partir del 2001, provocando aumento en la violencia y el crimen en la región andina, Centroamérica y México. Ante este panorama, se ha planteado una alternativa para acabar con el mal, evitando la criminalización de los procesos productivos y la militarización. La posible solución es la legalización de las drogas promovida por los ex Presidentes de México, Brasil y Colombia; sumándose los mandatarios de Guatemala, El Salvador y Costa Rica, rumbo a la Cumbre de las Américas; con el apoyo de su homólogo colombiano.

La legalización de las drogas es un tema muy polémico, en específico la más solicitada: la marihuana, la cual se presume tiene efectos medicinales. En cambio, sus opositores argumentan que el uso libre de esta droga destruiría a la sociedad, provocando además un gran aumento en el consumo, lo cual sería falso, porque en Holanda, España y Portugal, donde han sido legalizadas, este se ha mantenido o ha descendido.

Otro de los beneficios de la legalización es que el gobierno regularía los mercados clandestinos actuales, además de administrar la exportación y producción de la marihuana. Los ahora llamados narcomenudistas ya no serían criminales, convirtiéndose el consumo en exceso en problema de salud pública, como el tabaquismo y el alcoholismo, como ejemplo, este último provoca 2.3 millones de muertes cuando la marihuana no se tiene documentada ninguna.

Si bien la prohibición y las estrategias militares han aumentado el número de muertos sin lograr reducir el consumo, se debería entender que al legalizar las drogas solo se afectaría al narcotráfico que solo es una rama del crimen organizado, el cual también se expresa con el tráfico de personas, la trata de blancas, el secuestro, la extorsión, la piratería, el lavado de dinero y el trasiego de armas, entre otros.

Otro argumento a favor de la legalización es que a los narcotraficantes se les eliminará su fuente de ingresos más importante evitando la compra de armas en EUA para proteger su negocio, sin embargo perfeccionarían o encontrarían mayores fuentes de financiamiento en sus actividades mencionadas anteriormente, los cuales les pueden compensar la baja en ingresos; sin contar, que de solo legalizada la marihuana, pueden tomar dinero también de la venta de cocaína, heroína y demás drogas sintéticas rentables en el mercado estadounidense y local.

La legalización de la marihuana no reduciría la violencia causada por el Crimen Organizado, pero es necesaria porque así se dejaría de criminalizar la pobreza, debido a que generalmente los narcomenudistas o los que cultivan la hoja de coca y la marihuana son gente de escasos recursos los cuales no hayan oportunidades de empleo o tienen ingresos muy bajos aunado a la baja inversión en el campo. De esta manera se reduciría también el hacinamiento en las cárceles que significa otro problema de seguridad (Fuente). No obstante, este panorama estaría completo con la modernización de los sistemas de salud, de prevención y de educación en la sociedad sobre los riesgos que existan al consumir las drogas legalizadas.

Finalmente ¿Cuál sería la solución para erradicar la violencia creada por el Crimen Organizado? Sin duda es la presencia más activa del gobierno en las comunidades, no con policías ni militares, sino con infraestructura, salud, educación y empleos con salarios que alcancen, al menos, para comprar los productos de la canasta básica, junto con las necesidades básicas de la gente; provocando en la sociedad una sinergia para adherirse a empleos formales y no vivir en la clandestinidad. De esta manera, se cortaría el ingreso de personas a las filas del crimen siendo más fácil controlarlo.