28
noviembre 2011
AETC
En
un frío medio día del domingo 27 de noviembre, el Partido
Revolucionario Institucional (PRI), abrió la convocatoria para el
registro de sus precandidatos a la Presidencia de la República. Hace
algunas semanas existían dos competidores: el ex gobernador del
Estado de México, Enrique Peña Nieto, y el Senador llamado
“vicepresidente de facto”, Manlio Fabio Beltrones; sin embargo, a
pesar de las negaciones, el fenómeno de la “cargada” se hizo
presente el día mencionado, con solo un precandidato registrado.
El
“Nuevo PRI” como le dicen sus militantes, mostró su lado ultra
conservador al emular las embestiduras de los candidatos únicos a la
Presidencia del Siglo XX, con la única precandidatura registrada a
nombre de Enrique Peña Nieto, quien ya había experimentado varios
eventos donde el priísmo no veía ni escuchaba a otro aspirante que
no fuera él. El ex gobernador del Estado de México se registró en
medio de simpatizantes y representantes del “antiguo PRI”: Arturo
Montiel, predecesor del precandidato único en Estado de México,
Emilio Chuayfett, Alfredo del Mazo, los líderes de la CNOP y CTM, al
igual que los gobernadores estatales por el PRI.
Todos
se dieron cita en la sede del PRI nacional para vitorear a Enrique
Peña Nieto, quien saludando a Arturo Montiel, como grandes
cómplices, enunció que el PRI estaba más vivo que nunca y que con
el partido se respiraba un viento de cambio y esperanza para México,
porque solo así se podría lograr el país que todos soñamos. Para
lograr esto, Peña Nieto prometió que el PRI se volverá un partido
simpatizante con la ciudadanía, ganando su confianza nuevamente, por
lo tanto, no participará en campañas de desprestigio ni de
calumnias.
No
obstante la oposición no se limitó en acusaciones. Marcelo Ebrard
dijo, en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara , que Peña
Nieto significa un gran retroceso para México; mientras que Josefina
Vázquez Mota comentó que el precandidato es un peligro para la
democracia. No solamente políticos hablaron mal, sino también
intelectuales, como Héctor Aguilar Camín quien cuestionó cómo se
lograría una reforma fiscal y educativa con Peña Nieto, quien está
aliado de Humberto Moreira y Elba Esther Gordillo. Además Carlos
Fuentes declaró que con el PRI, México seguirá en la violencia.
Durante
su embestidura como precandidato único para 2012, Peña Nieto
reafirmó sus propuestas para su gestión: ofreció que toda la
ciudadanía debería de gozar completamente de sus garantías
individuales y obtener un mayor crecimiento nacional con base en el
potencial económico de México, para recuperar el liderazgo como
potencia emergente. Estas propuestas podrían aliviar la
incertidumbre actual, sin embargo ojalá las hubiera hecho cuando fue
gobernador del Estado de México, porque en la entidad la pobreza
aumentó, junto con la inseguridad y la calidad de vida de los
mexiquenses; sin mencionar los aspectos en otros Estados gobernados
por el PRI.
Para
lograr la Presidencia, Peña Nieto destacó que conservará la unidad
de su partido, para que no sufra la división del 2006. Con este fin,
elogió a Manlio Fabio Beltrones por “su profesionalismo político”
quien se retiró de hacerle competencia al mexiquense en sus
aspiraciones presidenciales, la mención recibió, según fuentes,
una fría ovación, casi ignorando el reconocimiento al sonorense. No
obstante, la unidad en el PRI aún está en duda, un ejemplo es la
pelea que se vivió en la sede del DF, donde, en la elección de
integrantes para el Consejo Político, seis militantes llegaron con
heridas al hospital.
Finalmente,
Peña Nieto finalizó diciendo que el PRI ha sido y seguirá siendo
el gran constructor de México, por lo tanto se ha encomendado dejar
atrás la división, el debilitamiento de las instituciones y el
deterioro social. No cabe duda en lo que el mexiquense menciona,
debido a que gracias al PRI, México ha crecido infimamente desde los
años 80, la corrupción se ha propagado a todas las instituciones de
gobierno, tanto que existen deudas impagables como en Coahuila y
Veracruz, entre otros; además las consecuencias de las políticas
neoliberales que han perjudicado al desarrollo de la sociedad siguen
aún latentes entre nosotros.
Las
mismas viejas prácticas del PRI hechas realidad en este 2011
ungiendo a Enrique Peña Nieto como un gran “mesías” mediante la
“cargada” institucional. Si Peña Nieto es Presidente, se
recuerda no vendría solo, ya que lo apoyan los grandes señores
priístas del Siglo XX, Elba Esther Gordillo, Humberto Moreira y su
gran deuda en Coahuila, al igual el “niño verde”; respaldados
por la iglesia católica y la empresa Televisa. El corporativismo
vuelve al PRI, característica con la que fue engendrado por su
fundador Plutarco Elías Calles en 1929.
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