Alejandro Toral
26 febrero 2013
26 febrero 2013
La
isla de Cuba es uno de los reductos del mundo donde aún el comunismo continúa
controlando la vida de las personas, mediante un gobierno central, encabezado
por un partido único; en este caso, el Partido Comunista de Cuba quien ha
estado bajo el yugo de los hermanos Castro, Fidel y Raúl, desde los años 70. No
obstante, en el siglo XXI tras la caída de la URSS y la “neoliberalización” del
régimen chino, Cuba se ve sumergida en un mundo capitalista, forzándola a
reformar y eliminar aspectos de la dictadura para entrar en la dinámica global
actual, sin dejar el poder.
Una
de las reformas es al control de pasaportes cubanos. El régimen de la isla
amplió la estancia de los cubanos en el extranjero, permitió la entrada de
emigrantes a la isla y eliminó el costo de 300 dólares para obtener el permiso
de salida. Una de las principales beneficiarias de esta reforma es la bloggera
opositora, Yoani Sánchez, quien estableció una ruta de viaje por 80 días en
América y Europa, empezando por Brasil y visitando México en marzo.
Otra
de las reformas en materia política, fue la limitación de los mandatos
estatales en un tiempo máximo de 10 años, divididos en 2 periodos consecutivos
de 5 años, permitiendo el reciclaje de las élites políticas; así como hacer
eficiente el sistema mediante la eliminación de Ministerios y la de plantilla
gubernamentales, con el fin de ampliar el sector privado naciente.
En
cuestión económica, el régimen permitió la compraventa de inmuebles, vehículos,
electrónicos, celulares (obtenidos antes solo por empresas o extranjeros); así
como hospedarse en hoteles para turistas. Sin embargo, estos avances aun tienen
lastres porque los ciudadanos no puedes adquirir más de una vivienda o no
pueden comprar autos nuevos en comercializadoras.
Lo
malo de estas reformas es que no existe un real apoyo de la cúpula gobernante
cubana hacia la iniciativa privada, como sí lo hubo en China cuando este país
empezó a mirar hacia el exterior. Otra desventaja es que empieza a mostrarse
una división de clases marcada en Cuba por la desigualdad de salarios o entre
la gente que recibe divisas o no, solo estas últimas podrían obtener los
beneficios de las reformas. Además, la libertad de expresión y manifestación
aún no están permitidas en la isla, ocasionando que los opositores sigan con el
temor de alguna represalia al exponer su oposición a los hermanos Castro.
La
buena noticia de estas reformas es el capitalismo de estado que está surgiendo
en la isla, mediante la conservación de los servicios gratuitos de salud,
educación y seguridad social; las cuales son bandera del régimen cubano y sin
duda lo han hecho bien hasta la fecha.
atoral.chavez@gmail.com