21 Marzo 2011
Por Alejandro Toral.
Hugo Chávez, líder de opinión latinoamericano en el conflicto de Libia e insistente defensor de su amigo Muamar el Gadafi, exigió a los aliados el cese al fuego además de acusarlos de querer apoderarse del petróleo libio, prohibido por el régimen para las transnacionales provocando roces diplomáticos, la opinión fue compartida por los aliados indiscutibles, Evo Morales de Bolivia y el nicaragüense Daniel Ortega. Chávez también denunció que a la “coalición guerrerista” no le importaba para nada el bienestar de la sociedad civil del país.
El Ministro de Relaciones Exteriores argentino, Héctor Timmerman, reclamó por un mejor debate en los órganos de la ONU, tanto en el Consejo de Seguridad y Asamblea General, sobre el tema, cuestionando el poder de veto a los Miembros Permanentes del Órgano deliberativo. El funcionario también propuso la salida pacífica del conflicto, al igual que los Presidentes de Ecuador, México, Paraguay y Uruguay, los cuales, a excepción del mexicano, condenaron los ataques porque vulneran el orden internacional: violencia solo genera más violencia, y peor si esta es injustificable.
Opuestos a las opiniones anteriores, Alan García (Perú), Sebastián Piñera (Chile) y Juan Manuel Santos (Colombia) mostraron su aprobación por los ataques aliados a Libia, porque iban así a devolver la paz y el respeto de los derechos humanos a ese país, deteniendo la masacre perpetrada por Gadafi. El colombiano defendió el voto aprobatorio de su país como miembro no permanente del Consejo de Seguridad argumentando que Bogotá siempre velará por la defensa de derechos humanos, además acusando a Libia de haberse burlado de la resolución, por lo que como consecuencia tuvo la invasión.
La gran ausente y con mayores reflectores fue Dilma Rousseff, quien recibía al Presidente Barack Obama el mismo día que se aprobó el ataque a Libia. Probablemente por no arruinar la “visita histórica” no realizó ninguna declaración al respecto, hasta después de la retirada del mandatario estadounidense, cuando desde Itamaraty mandó un "frío"comunicado para un cese al fuego. Como referencia, Brasil se abstuvo en la votación de la resolución del Consejo de Seguridad, al igual que Rusia, China, India y Alemania.
Las preguntas para concluir son ¿Dónde está el Brasil de Lula da Silva que pugnaba por los Derechos Humanos y la defensa del 3er mundo ante las acciones “imperialistas”? ¿Dónde quedó el protagonismo de Brasil ante los sucesos de relevancia internacional y, con mayor importancia, en una región relevante para el país? ¿Dónde quedó esa supuesta fuerza de Brasil para reclamar ante los Estados Unidos sus acciones militares internacionales, mediante el Unasur, como en el Golpe de Estado en Honduras? Hugo Chávez tomó la batuta de un liderazgo de opinión latinoamericano, mientras que Brasil solo se durmió en sus laureles, pactando y acordando el desarrollo con Estados Unidos.