AETC
12 Sept 2011
En
las Relaciones Internacionales se dice que un país debe priorizar su diplomacia
hacia los Estados con los que comparta fronteras; con base en esto, los
procesos internos que viva Guatemala, deben ser muy tomados en cuenta por
México y con mayor razón en el contexto de inseguridad que se vive en ambos países.
El domingo 11 de septiembre de 2011, Guatemala organizó elecciones
presidenciales, para el periodo 2012-2016, y continuará una segunda vuelta
protagonizada por un ex militar, a la cabeza, contra un candidato etiquetado
como “populista”.
Otto
Pérez Molina, ex militar guatemalteco entrenado por la Escuela de las Américas
ha participado en dos golpes de Estado durante los años 80 y 90, es el
candidato del Partido Patriota que quedó en primer lugar en las elecciones del
11 de septiembre; sin embargo alcanzó solo el 36.08% de la votación, forzándolo
a una segunda vuelta con el candidato de LÍDER, Manuel Baldizón (23.27%), personaje
que participó anteriormente en el partido del Presidente actual guatemalteco,
Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
La
seguridad en Guatemala es el principal tema en las elecciones presidenciales.
En los últimos meses se ha declarado Estado de Sitio en varios departamentos
debido a la presencia de cárteles mexicanos, poniendo en jaque a la población;
además con un aumento en las cifras de muertes violentas por parte del crimen
organizado y mayor presencia de las maras salvadoreñas. Para atacar el crimen,
Guatemala tendrá que elegir entre dos proyectos similares para lograr que la
espiral de violencia no aumente: el militar, o el represivo con políticas
sociales.
Otto
Pérez Molina ofrece el modelo del colombiano Álvaro Uribe: Seguridad
Democrática mediante el fortalecimiento de las instituciones guatemaltecas y el
respeto a los Derechos Humanos, a pesar de tener denuncias en cuestión de
violación de estos en contra de la guerrilla guatemalteca en los años 80.
Además, el plan de Otto Pérez planea una intervención más clara del ejército en
poblados azotados por el narcotráfico para la recuperación de territorio aunque
comenta que fortalecerá a la sociedad civil para la defensa de sus comunidades.
Finalmente promueve la correcta aplicación de la Ley del Crimen Organizado en
la lucha contra el flagelo.
Por
otro lado, se encuentra Manuel Baldizón, quien ha dicho que “lleva en una mano
a la Biblia y en la otra a la Constitución”; por lo tanto defenderá la vida de
los guatemaltecos y castigará “con todo el peso de la ley” a los criminales.
Baldizón defiende la pena de muerte a los delincuentes que se capturen y a los
ya sentenciados, revisará expedientes para considerar aplicar la pena máxima.
Lo que diferencia su proyecto de Otto Pérez son las políticas sociales,
enfocadas en los adultos mayores y niños, que llevará acabo para reducir la
pobreza en Guatemala, basadas en el plan de Sandra Torres, ex esposa del actual
Presidente, quien no pudo registrarse a las elecciones.
Las
elecciones del 11 de septiembre resultaron de mucho interés a Guatemala, debido
a que registró una participación de alrededor del 70%, uno de los mayores
registros desde la restauración de la democracia en 1985. Y no es para menos,
con el problema de inseguridad en cuestión de narcotráfico que azota al país,
además de los maras que vienen de El Salvador. El próximo Presidente tendrá el
gran reto de estabilizar el país; considero que Manuel Baldizón tiene mejor
propuesta para reducir la violencia en ese país mediante la aplicación de “mano
dura” a la par de las políticas sociales que tiene en su proyecto de nación
para reducir la pobreza.
Si
Guatemala se estabiliza en cuestión de seguridad, México verá más pronta su
reducción de la violencia. El crimen organizado proviene del sur y Guatemala
sería el “estado tapón” de México, junto con todo Centroamérica, para evitar
que entren las bandas delictivas a nuestro país con mayor libertad;
obligándolas a tener que priorizar nuevas rutas en el Caribe, como ahora que
están llegando con más fuerza a República Dominicana. Es por tal razón que
tanto el gobierno mexicano actual como el que sea electo en 2012 den
importancia las relaciones diplomáticas con Guatemala en aras de la seguridad
de México, demandando menor indiferencia en la región, como la que se dio en
los años 80 y 90 durante las guerrillas.
Fuentes: