lunes, 13 de agosto de 2012

Río 2016: Los ojos del mundo sobre Sudamérica ¿Brasil y la región están preparados?


Alejandro Toral
13 agosto 2012


 Actualmente, el desarrollo económico de otros países fuera de Estados Unidos y Europa, ha forzado para que los organismos internacionales se extiendan al antes llamado "3er mundo". El Comité Olímpico Internacional no es la excepción quien ha elegido a estos países para la organización de los Juegos Olímpicos: Río 2016, en Brasil; quien se ha convertido en un foco regional y vocero de sus vecinos en los últimos años. Ante problemas internos ¿Podrá Brasil y Sudamérica con el paquete?

En términos deportivos, Latinoamérica no destaca deportivamente. Durante todos los Juegos Olímpicos se han ganado 175 medallas, de las cuales 128 son de oro; destacando Cuba y Brasil en los medalleros de cada justa.

Cuba, en su condición de Estado Socialista, tiene al deporte como una política de Estado, por eso siempre ha estado en el primer lugar del medallero regional. No obstante, la economía cubana no ha ido bien estos años, lo que fuerza al Estado para apoyar menos a los atletas, los cuales deben de tener familiares en el extranjero para financiar los viáticos. A pesar de esas dificultades, Cuba llevo 55 atletas menos que en 2008, pero ganó más medallas que en China.

En el medallero de Londres, seguido de Brasil se encuentra Colombia. Una sorpresa que aumentó las expectativas que se tenían desde 2008. El gobierno de Juan Manuel Santos además ha emprendido una campaña de detección de talentos deportivos, con posibles buenos resultados en el futuro.

El cuarto lugar lo tiene México, con una medalla de oro; no obstante, en México se carece de financiamiento real a deportistas, además de pocas instalaciones deportivas que formen a los futuros atletas olímpicos. El comité Olímpico Nacional además comentó que no se esperaban muchas medallas, sino muchos atletas en las finales.

Le sigue en el medallero Argentina, un país que ha ido cosechando éxitos desde 2004, y en estos años con mas auge por la inauguración del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, ayudado por un impuesto en telefonía móvil para ayudar a los atletas, llegando el presupuesto hasta 34 mdd anuales, aumentando 88% el dinero destinado al rubro. Otros que figuraron en el medallero fue República Dominicana, Venezuela con su segunda medalla de oro en su historia y Guatemala ganando su primera presea en Juegos Olímpicos.

Finalmente tenemos a Brasil, en el segundo lugar, con 3 medallas de oro; las cuales pretende quintuplicar cuando sea anfitrión en 2016. Es casi seguro que podrá hacerlo por contar con un plan deportivo de largo plazo, el cual cada vez da mejores resultados a la nación. No obstante el problema más grande es el de la inseguridad; Río de Janeiro, es una de las ciudades más violentas del continente por el Crimen Organizado, lo que puede provocar retrasos en la organización; seguido de su poca capacidad hotelera para albergar a los turistas espectadores de la justa olímpica, aunado a las deficiencias de infraestructura de transportación.

A pesar de todo esto, los brasileños están confiados que sus Juegos Olímpicos estarán mejor organizados que los de Londres 2012. El alcalde de Río, Eduardo Paes, pretende hacer un plan que no solo beneficie a los turistas sino a los habitantes de Río a largo plazo, todo esto con una inversión de 14.4 millones de Dólares, entre sector privado y público.

En conclusión, consultorías calculan el número de medallas de acuerdo a la situación política, económica, social del país. Con base en eso, se deduce que Brasil alcanzará su meta, Cuba bajará en el Medallero por la crisis que vive, Argentina se mantendrá debido a la inflación y los problemas económicos, México al igual no veo positivo su futuro porque el próximo sexenio no habrá apoyos sociales reales. Tal vez Colombia o Chile den la sorpresa, pero al final, América Latina será una región adormecida en medallas.

Eventualmente, Brasil podrá realizar las olimpiadas, a pesar de algunos baches que vienen económicamente en su país y gracias la política de seguridad que se implementa en las favelas de Río de Janeiro.