Alejandro Toral
20 agosto 2010
"En un mundo opresivo donde los periodistas callan por miedo a la persecución y los ciudadanos deben susurrar en la oscuridad"
Así dijo Julián Assange, quien se encuentra desde el 20 de
junio asilado en la embajada de Ecuador en Londres. Rafael Correa, Presidente
de Ecuador, dio luz verde a Assange para refugiarse en su legación para evitar
que fuera trasladado a Suecia donde, según Correa, los procesos judiciales son
cuestionables cuando el titular Ejecutivo puede nombrar un fiscal para
denunciar a alguien; además de que esto amenazaría con su libertad al tener la
posibilidad de ser extraditado a EUA.
Otra de las acusaciones que hace Rafael Correa es sobre el
intolerable plan de Londres para violar la sede diplomática de Ecuador, con el
fin de arrestar a Assange. Ante este problema, María Isabel Salvador,
representante de Ecuador en la OEA, pidió ayuda para llevar al pleno el tema:
Estados Unidos y Canadá rechazaron la propuesta; mientras que Sudamérica más
México lo apoyaron. Por su parte, el canciller ecuatoriano, con apoyo del
venezolano, pidió que Reino Unido otorgue el salvoconducto para que Assange
pueda salir hacia Ecuador, además ambos condenaron la posible violación al
Derecho Internacional que seria la intromisión británica en Ecuador.
Desde la embajada sudamericana, Julián Assange pidió finalizar con la cacería de brujas; no obstante parece que ese mensaje también debería quedar para el mandatario que lo asiló: Rafael Correa, quien durante el año pasado y principios de este, tuvo procesos judiciales en contra de periodistas del diario El Universo y escritores de "El Gran Hermano"
Al igual que Julián Assange, estos periodistas vivieron persecución por parte del Presidente ecuatoriano cuando lo llamaron dictador; además de acusarlo por crímenes de lesa humanidad. Ante esto, Rafael Correa, como todos varios compañeros sudamericanos, reaccionaron de manera intolerante ante las críticas, en especifico la de ordenar al ejército disparar en un hospital civil para rescatarlo de un supuesto Golpe de Estado, el 30 de septiembre de 2010. Por otro lado, el libro de El Gran Hermano sirvió para aplicar una ley mordaza para los periodistas durante los procesos electorales; además de impedir la rendición de cuentas a finales de los periodos presidenciales.
Se dice que durante el proceso judicial, Correa forzó al Poder Judicial para multar con 2mdd a los autores del libro y encarcelar a los periodistas de El Universo, a quienes finalmente indultó, tal vez por las presiones de las protestas por parte de Reporteros Sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa, quien comentó que "en Ecuador se extingue la libertad de expresión porque en parte del periodismo y de la gente existe la auto censura al momento de informar y opinar, por temor de molestar al gobierno y por las consecuencias legales que pueda haber".
Todo indica que Rafael Correa quiere sanar sus culpas dándole asilo a Julián Assange, recalcando que si en Ecuador no hubiera libertad de expresión, el australiano no hubiera pedido ayuda a Quito. Ante esto, José Ayala Lasso, ex alto comisionado de DH de la ONU, y Diego Cornejo, Presidente de la Asociación de editores, coinciden que con esto el Presidente quiere lavar su imagen en el exterior defendiendo la misma libertad que ataca diario en su país.
Parece que el gobierno ecuatoriano, al igual que el venezolano, el británico y el estadounidense; reaccionan de la misma manera ante las violaciones de libertad de expresión: por medio de su conveniencia política, denunciando difamación por los opositores y elevando a niveles de casi héroes a sus confines, o también refugiando a dictadores que deben enfrentar la justicia, como Augusto Pinochet en Londres.
Finalmente ¿Cuál es la diferencia entre la libertad de expresión y la difamación? Considero que esta es una delgada línea que su ubicación depende si me perjudica o no. Considero que la libertad de expresión es un derecho fundamental en las democracias que debe llevarse de manera correcta sin atentar contra terceras personas o dañando la vida de una persona.
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