28 mayo 2012
Alejandro Toral
Argentina
ha sido uno de los países que más ha sufrido por las políticas financieras
mundiales del Fondo Monetario Internacional y otras instituciones, por tal
motivo, dentro de los gobiernos post crisis del 2001, como el de los Kirchner,
se encuentra un cierto recelo ante las empresas extranjeras que se encuentra en
su territorio, en especial en el rubro energético; además de la imposición de
medidas comerciales por parte de Estados Unidos y Europa.
En
cuestiones internas, actualmente Argentina se encuentra internamente en un gran
dilema económico; porque si bien, se ha fortalecido el mercado interno gracias
a los gobiernos de los Kirchner, también existe una inflación que crece a ritmo
acelerado, aunado a una devaluación del peso del 18.8% en 2012; provocando que
el gobierno haya impuesto una política de cambio más rígida, para evitar la
salida de dólares del país, útiles para pagar la deuda que posee.
Ante
tal panorama, el gobierno de Cristina Fernández aplicó claras medidas
populistas, una de ellas fue la restricción de importaciones, acción que provocó
el enojo de la Unión Europea por la reducción de 14.4% de productos vendidos al
país, causando la demanda ante la Organización Mundial del Comercio por violar
las normas comerciales. Un segundo embate daría la Presidente con la
nacionalización de YPF, filial de la española Repsol en el sector de los
energéticos.
Las
consecuencias ya vienen encima para Argentina: a parte de la demanda en la OMC,
Estados Unidos lanzó una propuesta en el Senado para que este país sea
remplazado por Chile en el G-20, a lo cual solo basta el visto bueno de Barack
Obama, quien busca la reelección en su país para este año y no mostrarse como
un Presidente débil.
Argentina
es el país rebelde de las instituciones financieras internacionales. Desde
principios del siglo XXI, este país rompió con el Fondo Monetario Internacional
después de, supuestamente, ser el causante de la crisis económica-social de 2001.
Además es el país con más demandas en la CIAIDI, centro internacional para las
disputas financieras, y con más problemas con acreedores del “Club de París”,
organización para negociar deudas bilaterales internacionales.