27 febrero 2012
AETC
"La
ley es poderosa, pero más poderosa es la miseria."
Goethe
El combate al crimen
organizado ha sido una de las premisas de los países latinoamericanos desde los
años 80, pero con mayor fuerza a partir del 2001, provocando aumento en la
violencia y el crimen en la región andina, Centroamérica y México. Ante este
panorama, se ha planteado una alternativa para acabar con el mal, evitando la
criminalización de los procesos productivos y la militarización. La posible
solución es la legalización de las drogas promovida por los ex Presidentes de
México, Brasil y Colombia; sumándose los mandatarios de Guatemala, El Salvador
y Costa Rica, rumbo a la Cumbre de las Américas; con el apoyo de su homólogo
colombiano.
La legalización de las drogas
es un tema muy polémico, en específico la más solicitada: la marihuana, la cual
se presume tiene efectos medicinales. En cambio, sus opositores argumentan que el
uso libre de esta droga destruiría a la sociedad, provocando además un gran
aumento en el consumo, lo cual sería falso, porque en Holanda, España y
Portugal, donde han sido legalizadas, este se ha mantenido o ha descendido.
Otro de los beneficios de la legalización
es que el gobierno regularía los mercados clandestinos actuales, además de
administrar la exportación y producción de la marihuana. Los ahora llamados
narcomenudistas ya no serían criminales, convirtiéndose el consumo en exceso en
problema de salud pública, como el tabaquismo y el alcoholismo, como ejemplo, este
último provoca 2.3 millones de muertes cuando la marihuana no se tiene
documentada ninguna.
Si bien la prohibición y las
estrategias militares han aumentado el número de muertos sin lograr reducir el
consumo, se debería entender que al legalizar las drogas solo se afectaría al narcotráfico
que solo es una rama del crimen organizado, el cual también se expresa con el
tráfico de personas, la trata de blancas, el secuestro, la extorsión, la
piratería, el lavado de dinero y el trasiego de armas, entre otros.
Otro argumento a favor de la
legalización es que a los narcotraficantes se les eliminará su fuente de ingresos
más importante evitando la compra de armas en EUA para proteger su negocio, sin
embargo perfeccionarían o encontrarían mayores fuentes de financiamiento en sus
actividades mencionadas anteriormente, los cuales les pueden compensar la baja
en ingresos; sin contar, que de solo legalizada la marihuana, pueden tomar dinero
también de la venta de cocaína, heroína y demás drogas sintéticas rentables en
el mercado estadounidense y local.
La legalización de la
marihuana no reduciría la violencia causada por el Crimen Organizado, pero es
necesaria porque así se dejaría de criminalizar la pobreza, debido a que generalmente
los narcomenudistas o los que cultivan la hoja de coca y la marihuana son gente
de escasos recursos los cuales no hayan oportunidades de empleo o tienen
ingresos muy bajos aunado a la baja inversión en el campo. De esta manera se
reduciría también el hacinamiento en las cárceles que significa otro problema
de seguridad (Fuente).
No obstante, este panorama estaría completo con la modernización de los
sistemas de salud, de prevención y de educación en la sociedad sobre los
riesgos que existan al consumir las drogas legalizadas.
Finalmente ¿Cuál sería la
solución para erradicar la violencia creada por el Crimen Organizado? Sin duda
es la presencia más activa del gobierno en las comunidades, no con policías ni
militares, sino con infraestructura, salud, educación y empleos con salarios que
alcancen, al menos, para comprar los productos de la canasta básica, junto con
las necesidades básicas de la gente; provocando en la sociedad una sinergia para
adherirse a empleos formales y no vivir en la clandestinidad. De esta manera, se
cortaría el ingreso de personas a las filas del crimen siendo más fácil controlarlo.